domingo, 29 de abril de 2012

ESOS LOCOS BAJITOS...

La llegada de un bebé al núcleo familiar es una experiencia que, algunas veces más, algunas veces menos, siempre conlleva cambios. Cambios para los mayores, principalmente, porque deben amoldar sus vidas al nuevo miembro e integrarle en sus rutinas, sin olvidarse que éste depende totalmente de ellos y que, la rutina de los mayores, en ocasiones, debe ser un poco más lenta para los nuevos de la casa.
Estos pequeños requieren una atención del 100% (y no se conforman con menos!!) y el resto de las responsabilidades de los mayores, también. Entonces, ¿cómo actuamos los mayores frente a estos requerimientos?
Nuestros pequeños deben integrarse en nuestra forma de vida y nuestra forma de vida debe integrarse en nuestros pequeños… ¿cómo hacemos esto y que todo salga bien? ¿Tenemos fórmula mágica?
Primero tendremos que encontrar dentro de nosotros mismos qué entendemos por el concepto de “bien”, ya que en muchas ocasiones, nos regimos por lo que nos han enseñado pero esto, a su vez, no es lo que nosotros vivimos, por lo tanto, nosotros no podemos experimentar este “bien” del que nos hablan. Tenemos que ser conscientes de nuestra situación y qué queremos hacer con ella, a quien queremos integrar en ella y cómo queremos hacerlo. Nuestros “locos bajitos”, como les llamamos con todo el amor del mundo, dependen de nosotros y de nuestras vidas, no podemos permitir que formen parte de nuestro caos… pues será su caos…